El Labrador Retriever

El Labrador es el único perro cobrador que puede medirse con el Retriever Dorado, aunque tal vez debiéramos decirlo al revés, ya que la raza del primero es más antigua que la del segundo. Cuando en 1822 se oyó hablar del labrador, nunca había visto una escopeta, era un simple auxiliar de los pescadores de Terranova a los que acompañaba en sus barcas, y como estas no podían acercarse mucho a las costas, el perro saltaba y arrastraba las redes hasta la playa donde los hombres recogían los peces.

Fuerte, resistentes, buenos nadadores, con excelentes mandíbulas, de pelaje negro, ondulado el Labrador Retriever es parecido al Perro de la Bahía de Chesapeake y con un tamaño pequeño comparado con los grandes Terranovas, los Labradores llegaron a Inglaterra en 1870 con los pescadores.

Los criadores ingleses de labradores los sometieron a los cruces dispuestos a hacer de ellos unos buenos cobradores aprovechando sus dotes naturales. El pelo se aplanó, perdió algo de altura y volumen y su color sufrió una transformación. En 1899 apareció el Labrador amarillo junto con una gama que iba del negro al dorado, pasando por el hígado o chocolate.

Poderosamente constituido, de elegante aspecto, valiente, arrojado, con un olfato privilegiado, sus fuertes mandíbulas cobran la caza con una delicadeza difícil de imaginar cuando se piensa en su primitivo trabajo.

El Labrador es obediente y fácil de enseñar, se los puede ver trabajando como guía para ciegos y en rehabilitación de discapacitados y son innumerables los premios que cosechan en exposiciones y pruebas de trabajo.

TALLA: De 55 a 57cm los machos
De 54 a 56 cm las hembras

PESO: De 27 a 34 kg los machos
De 25 a 32 kg las hembras